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Las ilusiones de Monge

Publicado: 2015-02-05


Carlos Monge ha publicado en Diario Uno un artículo donde critica un artículo anterior de Carlos Bedoya. Cuestiona como una “Ilusión” que en las próximas elecciones se busque una amplia alianza de izquierda nacional y declara una ilusión que no sea la bandera programática “verde”, o sea anti extractivista, la única o en todo caso la principal y decisiva bandera programática. Agrega además que esto se fundamenta en los “movimientos sociales que existen de mucho antes… pero que Carlos (Bedoya) ignora”.

Cabe preguntarle a Carlos Monge: ¿Acaso esos "movimientos sociales" no fueron justamente parte, una parte más que se sumó, a la alianza amplia que permitió al Ollanta candidato vencer todos los poderes fácticos y ganar las elecciones? ¿O dónde estaban electoralmente, si "existían de mucho antes"?

¿Acaso para Monge, los pocos congresistas progresistas que tenemos, incluyendo a cualquiera que pudiera considerarse “verde” (a criterio de Monge, claro), ¿no son resultado de ese proceso “ilusorio” de proyecto amplio nacional popular”?

¿O ignora Monge que la “izquierda” sola, “verde” o no, llevaba varias propuestas electorales antes de la “ilusión” nacional popular de Ollanta, y en conjunto no sumaban el 1% electoral?

La propia realidad y el ritmo real de la lucha del pueblo muestra una combinación de protestas ciudadanas con alternativas electorales significativas, en un programa amplio, que incluye pero que es mucho más que lo “verde”, que tiene urgencias de re distribución, de superación de la miseria y la desigualdad, de lucha contra la corrupción, de soberanía, de democratización, de integración continental, etc., etc.

¿Y en América Latina?

Lo que Carlos Monge no dice en su artículo es que él es un público crítico de lo que él llama el “extractivismo” de los procesos de cambio de Ecuador y Bolivia (y de todos los procesos de cambio en Suramérica), y lo es por la misma razón que crítica el artículo de Carlos Bedoya. En síntesis, porque no son principal o únicamente anti extractivistas.

En Ecuador, para las elecciones de 2013, Monge ha apoyado públicamente al candidato presidencial “verde”, “anti extractivista”, Alberto Acosta, que obtuvo uno de los últimos lugares con poco más del 3% de los votos. Dicho de otro modo, el 87% del electorado activo no comparte su propuesta. Al otro lado, la propuesta -que Monge consideraría “una ilusión”- representada por el Presidente Correa, obtuvo el 57%.

En Bolivia, no sabemos a quién apoya electoralmente Monge. Lo que sí sabemos es que la opción del Presidente Evo Morales -otra “ilusión” para Monge- obtuvo en las recientes elecciones el 60% de los votos.

Álvaro García Linera ha dicho de los “verdes” bolivianos, aliados de la derecha, que fácilmente exigen abandonar las urgentes riquezas extractivas y su redistribución porque ellos sí ya tienen pavimento, luz eléctrica, carro, etc., etc. A diferencia de la inmensa mayoría del pueblo boliviano que en las urnas ha expresado que sí desea la soberanía y redistribución de esas riquezas.

Esto, más allá del hecho real que ambos procesos de cambio han realizado mucho más reformas “verdes” que todos los gobiernos anteriores y en todo caso mucho más que las existentes en el Perú y muchos otros países. Y que han avanzado públicamente en contra y venciendo las resistencias de todos los poderes fácticos económicos, mediáticos y conspirativos, incluyendo virulentos golpes de estado, justamente sobre la base del apoyo activo de sus pueblos, en las calles y en las urnas.

Poca cosa. Pueblos ilusos. Quizás nos dirá Monge.

Tal vez Monge nos quiere sacar de la “ilusión” y en realidad en Ecuador y Bolivia no hay movimientos sociales “verdes”, como esos que le recuerda para el Perú a Carlos Bedoya. Tal vez tras los importantes procesos de cambio y luchas en Ecuador y Bolivia su pueblo y electorado es mucho más atrasado que el avanzado y “verde” pueblo y electorado peruano, y simplemente no nos damos cuenta.

Lo cierto

Como sea, y volviendo al Perú. En las luchas y resistencias estamos todos, eso es más fácil. Es en la expresión electoral significativa, que avance y no sólo “dé testimonio”, donde está lo más difícil. Y ahí, lo cierto es que será el pueblo en las urnas el que nos dirá inapelablemente qué es o no una “ilusión”.

Lo bueno es que no habrá que esperar mucho.


Escrito por

Ricardo Jimenez A

Sociólogo chileno.


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